El Mancebo de Arévalo
MANCEBO DE ARÉVALO, Mancebo de, Arévalo- seudónimo de
un autor criptomusulmán del siglo XVI.
De este autor sólo sabemos lo que se trasluce a través
de sus obras, tratados sobre la religión musulmana, escritos en español con
letras árabes, es decir, en lo que se llama escritura aljamiada. Nacido en
Arévalo, recorrió muchos lugares de España -seguramente era arriero o
trajinante- y en Zaragoza, en el año 1534, le encargan que escriba un libro
sobre la religión musulmana porque los moriscos aragoneses estaban
perdiendo las nociones elementales sobre su práctica, ocho años después de
su conversión forzosa. El encargo es aceptado por el Mancebo a cambio de
una ayuda económica ya que quería marcharse de España y hacer la
peregrinación a La
Meca. Este libro es la Tafçira, pero escribió al menos tres
más, de muy parecidas características (Sumario, Breve Compendio
y el recién descubierto Calendario), transcritos por los moriscos
aragoneses con el alfabeto árabe y vulgarizando sus originales para que
fuesen de mejor comprensión, por lo que los tratados del escritor
castellano están llenos de aragonesismos. De estos colaboradores sólo
conocemos el nombre de uno de ellos, Bray de Reminjo de Cadrete, coautor
del Breve Compendio. Estas obras han sido editadas total o
parcialmente: el Sumario de la relación y ejercicios espirituales,
que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid (Res 245) ha
sido editado por G. FONSECA, Madrid, 2002; la Tafçira, que
está en la Biblioteca
del C.S.I.C (Madrid), Ms. LXII, ha sido editada por M.ª Teresa NARVÁEZ,
Madrid, 2003; el Breve Compendio Ms. Dd 9, 49 de la Universidad de
Cambrigde está inédito aunque ha sido estudiado por su descubridor L. P.
HARVEY; Calendario, Ms. LXXXII, Real Academia de la Historia, págs
94r-115r, ha sido editado por su descubridor L. BERNABÉ PONS, Alicante,
2002.
Se ha supuesto que el seudónimo de Mancebo de Arévalo
hacía referencia a su juventud, a su mocedad, pero él mismo cuenta en uno
de estos libros escritos en Aragón, que había sido huésped de la próspera
aljama de Almagro y que, habiendo pasado treinta años después, la encontró
arruinada. Posiblemente pasó la primera vez por esta aljama antes de la
conversión forzosa de los mudéjares castellanos (1502) y como no podía ser
un niño al ser recibido como honrado huésped, en la época en que escribió
sus obras en Aragón, la década de los treinta, frisaría al menos la
cincuentena. La hipótesis más acertada -de L. P. Harvey- es que «mancebo»
es un calco del árabe ‘abd, siervo, tomado en un sentido espiritual
de «siervo de Dios». Por otro lado el Mancebo muestra una gran formación
humanista, con términos en latín, desfigurados por los copistas, y había
leído La Celestina
y la Imitación
de Cristo de Kempis, que introduce en el Sumario, islamizándolo,
lo mismo que el himno litúrgico cristiano Veni Creator. Tal vez sus conocimientos eran menos completos
precisamente sobre el Corán, cuyas aleyas apenas cita. Estos datos y su
propia confesión de que dejó los clásicos, cuando conoció el Corán, parece
indicar que no había nacido musulmán sino que se convirtió al Islam cuando
ya era adulto y fue ampliando sus conocimientos en su nueva religión a lo
largo de sus viajes, especialmente con los moriscos de Granada.
Un rasgo singular que aparece en sus libros, es su
conocimiento y familiaridad con los judíos y los textos hebreos, algo
insólito tanto en los textos moriscos como las relaciones entre las
comunidades de judíos y musulmanes tanto en época mudéjar como morisca.
Cabría la posibilidad que el Mancebo de Arévalo perteneciese
originariamente a la comunidad judía, forzada a convertirse al cristianismo
en 1492 y que como converso recibiese una formación cristiana -con la Devotio Moderna- y
humanística, convirtiéndose luego al Islam, religión más cercana a su
posible religión familiar -por su anti-trinitarismo- que el cristianismo.
Esta hipótesis convierte a este autor en una personificación de las tres
culturas hispánicas medievales y sería la clave de algunos de los enigmas
de su discurso, muchas veces oscuro, lo mismo que su lenguaje con extraños
neologismos.
Posiblemente el Mancebo de Arévalo cumplió su sueño y
se marchó de España, porque había redes secretas para la huida de los
moriscos. Una noticia bibliográfica se habla de un manuscrito español en el
que el Mancebo hablaba de su peregrinación, pero no se ha encontrado hasta
ahora. Si se marcho, volvió o no regresó nunca es algo que por ahora
ignoramos y, por tanto, el lugar y fecha de su muerte.
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M.ª JESÚS RUBIERA MATA
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